Pipas de calabaza crudas: aliadas contra problemas de próstata
Las pipas de calabaza crudas tienen múltiples propiedades. Vamos a intentar repasar algunas de ellas. Las pipas de calabaza son las semillas que contiene la baya que genera la planta herbácea y rastrera que se conoce con el nombre de calabacera. En algunas regiones de España y en diferentes países de América Latina se les conoce con el nombre semillas de pepitoria o pepitas.
Las pipas de calabaza son un alimento que se emplea desde la Antigüedad, cuando se valoraba especialmente su empleo como medicina. De hecho, en la tradición China estas pipas se han empleado siempre como parte importante de los tratamientos contra la mucosidad y para contrarrestar los efectos de las infecciones respiratorias en el organismo.
Las pipas de calabaza son frutos de sabor dulce que contienen muchos nutrientes y que se consumen como aperitivo o se emplean como ingrediente en la cocina, donde participan tanto de platos dulces como de elaboraciones saladas. También forman parte de la alimentación de algunos animales, a los que se les suministra mezclada con otras semillas y frutos secos.
Contenido de las pipas de calabaza crudas
Las pipas de calabaza crudas son semillas ricas en nutrientes que aportan minerales y vitaminas esenciales para el correcto funcionamiento del organismo. Como ocurre con otros frutos secos, el principal atractivo de las pipas de calabaza reside en su alto contenido en ácidos grasos insaturados. Un aspecto que las convierte en aliado para prevenir enfermedades cardiovasculares.
Su consumo está especialmente indicado para personas que sufren de diabetes, pues contiene sustancias que estimulan la actividad del páncreas, ayudando a regular los niveles de azúcar que hay en la sangre.
Las pipas de calabaza crudas contienen vitaminas A, B, K, C, E, y D, ácidos grasos poliinsaturados Omega 3 y Omega 6 y cucurbitina. Este último es un aminoácido que se encuentra en el aceite que contienen estas semillas que se ha revelado como un elemento muy eficaz contra el agrandamiento de la próstata (lo que se conoce en términos médicos como hipertrofia benigna de próstata), una enfermedad que suele afectar a los hombres que superan los 50 años.
Las pipas de calabaza también se emplean para tratar la irritación de la vejiga.
Recientes estudios han destacado, además, que el aceite contenido en estas semillas tiene propiedades antiinflamatorias, beneficiosas incluso para el tratamiento de la artritis. También se emplea como aliado de la piel frente a los rayos solares.
De entre los múltiples minerales que contienen las pipas de calabaza destacan:
- El zinc, un elemento fundamental para el tratamiento de la osteoporosis y el correcto funcionamiento del sistema inmunitario.
- El magnesio, determinante para la relajación de los vasos sanguíneos, el bombeo del corazón o la formación adecuada de los dientes.
Propiedades de las pipas de calabaza
Gracias a su alto contenido en fibra, las pipas de calabaza están especialmente indicadas para aquellas personas que sufren estreñimiento o quieren mejorar su tránsito intestinal. Además son muy útiles para controlar los parásitos intestinales (es muy eficaz contra la lombriz intestinal) y para aliviar las molestias relacionadas con el aparato digestivo.
Debido a su alto contenido en L-Triptófano, las pipas de calabaza son muy beneficiosas para quienes tienden a los estados depresivos, a la melancolía o a la tristeza; así como para quienes tienen dificultades para conciliar el sueño.
Las pipas de calabaza suelen consumirse crudas o ligeramente tostadas, aunque la opción más sana es la primera, pues solo así se mantienen todas sus propiedades. En cualquier caso, se pueden consumir enteras o licuadas (si queremos que su digestión sea más fácil).
Para facilitar la absorción de todos sus componentes, los expertos en nutrición aconsejan el consumo de pipas de calabaza junto con el yogurt, junto a los cereales de desayuno, o como parte de un plato de verduras salteadas. También es frecuente el uso de las pipas de calabaza en la preparación de aderezos de ensaladas. En este último caso, se mezclan las pipas de calabaza molidas junto con varios dientes de ajo fresco, unas hojas de perejil, otras de cilantro, aceite de oliva y el jugo de un limón.
Para conservar adecuadamente estas semillas hay que mantenerlas con su cáscara. De lo contrario, su sabor de vuelve rancio y pierden propiedades.