Pipas de girasol crudas contra dolores menstruales
Las pipas de girasol son las semillas de la planta de la que toma el nombre. Como ocurre en otros casos (la calabaza o el melón) son semillas comestibles que poseen muchos nutrientes y que se emplean en la alimentación de personas y animales.
Existen muchos tipos de pipas de girasol en el mercado aunque la más habitual en el mercado es la que tiene la cáscara de color negro, ya que es la que más aceite contiene y, por tanto, la que más se cultiva.
Para consumo en crudo suele emplearse una variedad de pipa de girasol que tiene la cáscara rayada de colores negro y gris. Esta última tiene menos aceite pero es más crujiente y tiene un bocado más exquisito.
El consumo de pipas de girasol en el mundo
El consumo de pipas o semillas de girasol se hacía en la América precolombina desde mucho antes de la llegada de los europeos al continente. De hecho, los expertos localizan el origen de la planta en los girasoles silvestres de Norteamérica y Centroamérica.
En la actualidad, el consumo de pipas de girasol está muy extendido por el mundo. Y, aunque el primer país que las comercializó fue Rusia, en la actualidad la nación que produce un mayor número de toneladas de pipas de girasol es Ucrania. Los rusos ocupan el segundo puesto en el ranking internacional.
Como ocurre con otras semillas, para beneficiarnos de todos los nutrientes de las pipas de girasol, lo mejor es consumirlas crudas. Y es que al procesarlas (tueste o salazón) se altera su composición.
Su uso culinario cada vez está más extendido y, en la actualidad, es frecuente encontrar pipas de girasol decorando múltiples productos de bollería y pastelería o como complemento de panes y colines, a los que aporta un sabor crujiente. Además, no hay que olvidar que gracias a esta semilla se obtiene un aceite suave que se usa en la cocina con tanta frecuencia como el de oliva.
Contenido de las pipas de girasol
Las pipas de girasol se caracterizan por contener ácido gamma-linolénico, un elemento que el organismo necesita para su funcionamiento óptimo y que es incapaz de crear por sí mismo. Este ácido es imprescindible para la creación de prostaglandinas, unas moléculas que regulan la liberación y acción de los neurotransmisores relacionados con la relajación, al tiempo que regulan los efectos que las hormonas femeninas tienen en el ciclo menstrual de las mujeres.
Buena parte de las pipas de girasol es grasa insaturada. Esta cualidad –compartida con otros frutos secos- hace que su consumo sea beneficioso para regular los niveles de colesterol y de triglicéridos en sangre, al tiempo que contribuye a reforzar el sistema circulatorio, previendo la aparición de enfermedades circulatorias. También contienen importantes cantidades de fósforo, selenio, hierro, potasio, calcio y ácido fólico. Una lista que la convierte en una fuente nada desdeñable de minerales y oligoelementos que supera con creces a los contenidos en otros frutos secos. Así, por ejemplo, una cantidad concreta de pipas de girasol crudas aportan el doble de hierro que esa misma cantidad de semillas de sésamo o de pistachos. Eso sí, para que el cuerpo pueda absorber adecuadamente el hierro vegetal, se recomienda acompañar su consumo con alimentos ricos en vitamina C, como los diferentes tipos de cítricos, piña o fresas.
La semilla de girasol cruda también destaca su alto contenido en magnesio, una sustancia que el organismo necesita para favorecer la relajación muscular y el desarrollo óseo. Así, basta un par de puñados de estas semillas para aportar la cantidad diaria recomendada por los organismos internacionales de salud.
También es interesante el consumo de pipas de girasol crudas por su contenido en vitamina E, una sustancia que ayuda a prevenir distintos tipos de cáncer. Especialmente, los de colon, vejiga y próstata.
Las pipas de girasol también contienen mucha fibra, por lo que su consumo está especialmente recomendado entre quienes sufren de estreñimiento o desean mejorar su tránsito intestinal.
Para evitar complicaciones derivadas del excesivo consumo de sodio, lo mejor es ingerirlas sin sal, aunque es frecuente que los formatos que encontramos en el mercado para snack la contengan.