Semillas de Chía crudas: aliadas para bajar peso
Las semillas de chía crudas tienen muchos beneficios si las incluimos en nuestra alimentación. Estas semillas se encuentran en el interior del fruto de una planta herbácea denominada salvia hispánica, originaria de América Central (especialmente de México, Guatemala y Nicaragua). En esta zona los pueblos precolombinos la convirtieron en la base de su alimentación habitual.
Las semillas son ovaladas, de color pardo o grisáceo -dependiendo de la variedad que se haya cultivado-, y carecen de olor y de sabor.
Propiedades de las semillas de chía crudas
Las semillas de chía crudas pueden incorporarse a nuestra dieta para beneficiarnos de muchas de sus propiedades; destacan por ser muy ricas en fibra, lo que las convierte en un aliado imprescindible para quienes quieren regular el funcionamiento de su tracto digestivo. Este aspecto es especialmente relevante para quienes sufren de diabetes, pues cuando la semilla entra en contacto con el agua forma un gel sólido que dificulta la digestión enzimática rápida de algunos carbohidratos contenidos en los alimentos. Este hecho impide la transformación de los alimentos que ingerimos en azúcares sencillos, graduando de esta manera el metabolismo de los mismos. Una acción que favorece la absorción de los nutrientes por parte de las personas diabéticas.
Estas características, además, hacen que las semillas de chía también se empleen en las dietas que siguen las personas que quieren adelgazar. Y es que crean una sensación de saciedad que disminuye el apetito en quienes las consumen y evita el picoteo entre horas.
Además, las semillas de chía contienen minerales y oligoelementos imprescindibles para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, como, por ejemplo: el boro, el calcio, potasio, cobre, zinc, magnesio, manganesio y el hierro. De todas ellas, destaca la presencia del calcio, pues estas semillas contienen cinco veces más calcio que la leche entera de vaca; y la del hierro, pues contiene tres veces más cantidad de este mineral que las espinacas.
Las semillas de chía crudas contienen ácidos grasos como el omega 3, aliados destacados para el correcto funcionamiento del corazón, el del sistema nervioso y cardiovascular. Según los nutricionistas, la presencia de este ácido graso en la chía es muy elevada. En concreto, siete veces más que el porcentaje que suele encontrarse en la carne del salmón. Por lo que está especialmente indicado entre quienes sufren dolores articulares, necesitan controlar sus niveles de colesterol o padecen alguna enfermedad crónica relacionada con el sistema circulatorio.
Finalmente, hay que destacar también que las semillas de chía crudas contienen ácido cafeíco así como quercitina, miricetina y kaemperol. Todos ellos son importantes antioxidantes, por lo que previene el envejecimiento celular y es un aliado frente al cáncer.
EL consumo de semillas de chía crudas
Las semillas de chía crudas se pueden consumir solas o junto a otros alimentos, formando parte de un plato en el que aparezcan otros nutrientes. En ambos casos, lo mejor es utilizarlas en crudo, sin procesar, pues podríamos perder una parte importante de sus beneficios.
Las semillas de chía se pueden consumir molidas formando un tipo de harina fina que se denomina pinole y que se emplea, principalmente, en repostería, aunque también se emplea para elaborar otros muchos platos y además es un alimento consumido por muchos runners u otros deportistas para obtener energía en competiciones de élite.
En México las semillas de chía suelen emplearse para crear un refresco energético llamado “Iskiate”. Para ello se toma como base el gel muy rico en fibra que surge al mojar las semillas de chía (recibe el nombre de mucílago) y se pueden añaden sabores o tomar así.
Es frecuente que los nutricionistas recomienden su consumo durante el desayuno, combinadas con yogurt, otros cereales o leche. Y es que, además de suponer un excelente aporte energético, ayudan a mantenernos sin apetito durante muchas horas.
Como tienen tanta fibra, absorben mucha agua por lo que mantiene los niveles de hidratación de todo el cuerpo durante más tiempo. Una función de la que se benefician, especialmente, las personas que practican algún deporte. En esta misma línea, hay que señalar que las semillas de chía tienen una gran cantidad de proteínas, por lo que facilita el desarrollo de la masa muscular y ayuda a la regeneración de los tejidos.
El consumo de semillas de chía crudas está especialmente indicado para quienes siguen una dieta vegetariana, pues adquieren proteínas sin necesidad de ingerir animales.
También están indicadas para aquellas personas que tienen intolerancia al gluten, pues las semillas de chía carecen de este componente.